Mucha cárcel y poco dinero

Veinte años entre rejas, y de ahí para abajo, es lo que de momento espera a Prince Eneka Nwanbu y a su banda, condenados por estafar millones de euros con el método de las cartas nigerianas. La Audiencia Nacional juzgó hace meses, en muchas sesiones espaciadas durante semanas, a 14 personas por esta estafa masiva y muy elaborada.

La banda tenía su sede en Madrid, pero enviaba cartas por todo el mundo que anunciaban a su destinatario que había heredado muchos millones, o cualquier otro cebo. Cuando alguna víctima picaba la traían a España, le llevaban a unas falsas oficinas alquiladas en Serrano, a un banco de alta seguridad que en realidad era un guardamuebles, y a una oficina del Deutsche Bank donde contaban con la complicidad de un empleado.

Antes de cobrar la supuesta herencia siempre surgían problemas: impuestos, gastos, más impuestos… Hasta que desplumaban por completo a su víctima. Durante el juicio se vio cómo la complicidad del empleado del banco fue clave, porque las reuniones se producían en un sucursal de la entidad en plena Castellana, y los estafados no dudaban ni un momento de que aquello era cierto.

Por eso, los abogados de la acusación particular, Mathias Wiegner y Federico Bleckmann, se mostraron ayer un poco decepcionados con la responsabilidad civil subsidiaria, que tanto ellos como la Fiscalía requerían al Deustche Bank: a final el banco ha sido absuelto de esa responsabilidad.

Larga temporada entre rejas

En la práctica, esto supone que aunque los principales acusados van a pasar una larga temporada en prisión, las víctimas no recuperarán su dinero (más de un millón de euros en algunos casos), porque los condenados son insolventes.

El Deutsche Bank, en cambio, se mostró ayer muy satisfecho con esa sentencia, ya que quedan exentos de pagar hasta 12 millones de euros en indemnizaciones. Pero aún quedan algunos pasos para terminar este camino, porque el fiscal de Anticorrupción José Grinda y las acusaciones particulares van a recurrir ante el Supremo para que el banco pague.

Es de suponer que también recurrirán los abogados de los principales condenados, empezando por Prince, considerado el jefe de la banda, y su hermano Basil Chika Nwambu, a los que la Audiencia impone 20 y 18 años de cárcel, respectivamente.

También se ha condenado a 18 años a Daniela Simpson, la mujer que hacía las veces de asistente de Prince en el gran teatro que tenían montado para estafar. Y a Pablo de la Mata, el empleado del banco, le han condenado a más de 12 años de prisión.

En general, el resto de las penas hasta llegar a los 14 acusados son bajas, porque en el juicio se conformaron a cambio de confesar. Así pues, el resto de los acusados está libre.

La sentencia llega a falta de un mes para que se cumplan cuatro años desde los arrestos efectuados por la UDEF Central de la Policía, que se pasó meses investigando a esta banda hasta descubrir cómo operaban. Las víctimas tuvieron que venir al juicio desde México, Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, entre otros países.

Uno de los afectados, Steve Butler, habló ayer con este periódico y también se mostró decepcionado por la sentencia, porque aunque los estafadores vayan a la cárcel a él nadie le pagará las 1.250.000 libras que la Audiencia le concede como indemnización.

Las condenas son por los delitos de asociación ilícita, estafa agravada continuada, blanqueo de capitales y falsificación de documento mercantil y oficial.